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miércoles, 27 de febrero de 2008

Visita Instituto Europeo del Diseño

Esta mañana han pasado por aquí los alumnos del Instituto Europeo de diseño. Nos han pillado en obras, porque estamos levantando la exposición del primer taller Visualizar; la semana próxima empezamos con Inclusiva-Net II, y en nuestras limitadas dependencias necesitamos optimizar recursos y espacios. Con el beneplácito de Dani -Tech- han podido ver todavía la instalación montada en su formato original -una máquina, un proyecto.

Hemos hecho un recorrido por las diferentes líneas de trabajo en las que se articula la actividad de Medialab-Prado, y hemos podido ver algunos de los proyectos desarrollados aquí, y actualmente dispuestos en la sala: el cubo de Julian, los bichos de Chris y el ladrón de rostros de Clara y Diego. Se han mostrado interesados por el proceso de construcción, herramientas empleadas, software,... Dentro de lo que mis limitados conocimientos permiten, he intentado explicar la metodología y herramientas empleadas en cada uno de ellos.

Lo más interesante de todo esto es que esas carencias en conocimientos técnicos específicos, impiden que se reproduzca el esquema clásico de representación. La mediación se hace efectivamente medial: entre producciones, símbolos, personas, contenidos, objetos,... Aproximación a la derogación de toda dictadura significante!!

Cada grupo es un mundo, y en cada mundo hay que mediar. Dani

miércoles, 20 de febrero de 2008

Jueves 21 Febrero: Última sesión del Laboratorio del Procomún en su Primera Etapa.

Este jueves se llevará a cabo la “clausura” oficial de la primera etapa del Laboratorio del Procomún. A las 19.00 en Medialab - Prado, Jesús Carillo y Jordi Claramonte serán los encargados de dinamizar la sesión, en la que hablarán sobre las nuevas “fábricas” de creación cultural. Tenéis los textos y comentarios aquí.
Pero además Antonio Lafuente ha escrito un texto que podéis encontrar en nuestra página web así como en su blog Tecnocidanos, titulado: “Laboratorio sin muros: inteligencia colectiva y comunidades de afectados”. En él realiza un interesante y crítico análisis de la evolución de esta actividad desde sus primeros días, allá por mayo de 2007. Creo que el texto pone sobre la mesa una serie de elementos muy destacables, principalmente el compromiso de asumir el laboratorio como un espacio social para la construcción de conocimiento de una manera colaborativa, donde se rompan las fronteras existentes entre interior y exterior del laboratorio, entre expertos y legos, generadas muchas veces por la forma en que son planteados otros formatos más convencionales como el seminario o el ciclo de conferencias. Advierte, en este sentido, de la necesidad de tener en cuenta como protagonistas de ese proceso a las comunidades de afectados o concernidos. Propone un cambio de dinámica, un paso necesario hacia una nueva etapa en que el laboratorio y sus participantes se impliquen en la generación y el fortalecimiento de redes sociales a través de las cuales movilizar y visualizar el procomún, así como en la la producción y difusión de materiales útiles para la materia, donde se vaya documentando el proceso.
Me parece un buen plateamiento al que querría añadir algunos otros puntos, - en realidad rescatar algunas otras propuestas, que en realidad han ido saliendo a lo largo de las distintas sesiones del laboratorio del procomún -, y que en mi opinión habría que tener en cuenta. Me preocupa sobre todo la necesidad de comprender la carga ideológica que, lo queramos o no, existe detrás de cada uno de los planteamientos, de las prácticas y los conceptos empleados. Para exhorcizar los posibles elementos tendenciosos, lo mejor es hacerlos explícitos, como recomienda Pierre Bourdieu. Pero veamos lo que quiero decir a través de ejemplos concretos:
La comunidad. Congregue un grupo de afectados o a los participantes del laboratorio del procomún, una comunidad no es más que un conjunto de diferentes decido a compartir un destino. No está por lo tanto exenta a lo interno de la existencia de relaciones de poder entre las partes, que resultan en tensiones y conflictos propios de una diversidad no negociada, y que únicamente pueden comenzar a resolverse a través del principio de reconocimiento. Precisamente son ciertos rituales donde únicamente se celebra la comunidad, aquellos que en ocasiones son utilizados para soterrar las diferencias. En ese sentido la existencia de protocolos previos puede tanto contribuir al rigor en la búsqueda de conocimiento como generar una problemática añadida, al establecer de diferencias entre iniciados y no iniciados. Debe haber método, pero la crítica al método y su reconfiguración consecuente debería ser entonces una constante vital y un derecho de todos los participantes.
Identidad ante alteridad. Una comunidad de afectados no existe al margen de otras colectividades en las que no se reconoce, que pueden ser tanto responsables de generar su problema (de formas más o menos sutiles o indirectas) como meros espectadores pasivos o indiferentes a los que sin embargo podrían sensibilizar y movilizar (sociedad civil). El mapa resultante es un contexto complejo, con estructuras de oportunidades políticas más o menos abiertas en función de la atención concedida por la clase política, en la que los distintos colectivos construyen sus sistemas de alianzas y oposiciones que influyen (posibilitando / limitando) cada uno de sus movimientos.
Pienso que las comunidades de afectados, los viejos y nuevos movimientos sociales (Enrique Laraña) ya están configurando el mundo en la actualidad con su mera acción y presencia, no necesitan tanto que su palabra les sea concedida sino más bien escuchada.
Mesas técnicas. Una posible propuesta para este panorama es sentar a los componentes del laboratorio y posibles comunidades de afectados en las mismas mesas, para trabajar sobre problemas concretos y sólo después teorizar sobre ellos. Apuesto más por el método inductivo y por el "aprender haciendo", por participar a través de la secuencia acción – reflexión - acción, por una experiencia de empatía etnográfica, que opina que sólo desde el análisis concreto de la realidad social podríamos con el tiempo realizar aproximaciones sucesivas a posibles teorías que nos ayuden a navegar por el mar de la incertidumbre.
De esa manera, se podrían cumplir los deseos de entroncar de forma comprometida desde la práctica investigativa con las redes sociales que sustentan, defienden y construyen en su cotidianeidad el procomún y los nuevos modos de gestionarlo.
Clara

AV_BR Sondeando la experimentación audiovisual brasileira

Participar de un acontecimiento como ARCO, institucionalizado hasta la extenuación, cerrado a la posibilidad de lo imposible, enclaustrado en un entorno de elites al acecho de la mercancía aún en posesión del aura benjaminiana, le deja siempre a uno en la tesitura de elegir la máscara que debe portar para el tumulto enardecido. En realidad uno no espera nada de ARCO. Nada que pueda suscitar un mínimo de interés, de confrontación, de provocación. Nada de nada. Pero, ¿acaso es ese el cometido de una “Feria” de Arte Contemporáneo? -y qué diablos querrán decir con eso de “contemporáneo”...? y con lo de “arte”...?-. Todo aquello que suceda al abrigo institucional-empresarial, con ese ridículo afán por perpetuar el clasicismo más reaccionario en materia de estética -filosofía del arte-, no suscita mayor interés que el de entrar en el circuito bursátil de la especulación artística actual: que si el artista de talento -Oh, por ZEUS!!-, que si la obra de arte, que si la inspiración divina,... me duermo en el andén y pierdo el barco a las Mal(las)-divas. Pero bueno, sólo es una opinión.


Por esto siento agradecimiento por haber podido presenciar, en el contexto de una Feria de Arte Contemporáneo, un acontecimiento singular, hermoso, potente y sugerente, que un grupo de artistas brasileiros nos han acercado a Medialab-Prado. Felipe Fonseca, Fetalcohol, Retrigger x Reverse Tunes, Gengivas Negras, Laborg, y el dj Kaskat, coordinados por el gran Dani Glez -seja marginal, seja herói-, se han montado unas sesiones de presentación de la actividad-activismo audiovisual brasileir@ alucinantes. Y esto, de alguna manera, me ha recordado a aquel Guattari que, precisamente en un viaje a Brasil, al ser interrogado sobre la pertinencia de utilizar “los grandes dispositivos molares” en el proceso de liberación de las subjetividades, como plataformas para poner en marcha esos necesarios dispositivos de enunciación colectiva, respondía afirmativamente a la conveniencia de parasitar los templos del saber absoluto. Ea!


Felipe Fonseca está involucrado en un ambicioso proyecto para la apropiación, por parte de las colectividades marginadas en Brazil, de los medios de producción de la (de su) cultura. La narración del mundo es la construcción del mundo. Se empieza por construir los barrios. Además, es un poderoso intento de reformular la idea de gestión cultural situando la democracia en la base de la fijación de la cultura: en su producción. Con otros colaboradores, ha arrancado una cadena de reciclaje de aparatos “tecnológicamente desfasados” utilizando herramientas de software libre, con la intención de enseñar a utilizar estas herramientas para la autoproducción y autogestión de las propias propuestas audiovisuales de las comunidades. La zona este de Sao Paulo ha funcionado como programa piloto, y se pueden ver algunas muestras en la web del proyecto.


Laborg trabajan la imagen acuática, líquida -como el verso- que fluye en el interior de un paisaje sonoro envolvente. Gota a gota van configurando un universo de colores y formas hipnóticas en constante transformación. Diríase metáfora de lo (i-)real. Laborioso, minucioso, un auténtico laboratorio analógico del vídeo que muestra cómo enfrentarse a la digitalización de la producción visual. Sin palabras. Como curiosidad dejo un comentario que uno de sus componentes me confiaba terminada su actuación: “A mi nunca me satisface como queda”. Amigo, al resto -al público en general- estoy seguro de que sí. Parabéns!!


Gengivas Negras salen de la escena under de Sao Paulo. Industriales. Deconstrucción de los ritmos tradicionales de la Samba y la Bossa Nova, el sonido va evolucionando hacia la penumbra de lo subterráneo, todo plácidamente ejecutado. Es la herencia de Stockhausen que desciende a las calles. En el proyecto paralelo de Carlos Morevi, Fetalcohol, se plantean los límites de la armonía con estridencias que rayan lo insoportable para los umbrales de la percepción sonora humana. La imagen “loopeada” que acompaña al paseo sonoro juega, a mi modo de ver, con la posibilidad de ver surgir la diferencia a partir de la iteración indefinida.


Dj Kaska volverá. Así pues, nada que decir de momento. Hizo su presentación agujereando un par de vinilos en el intermedio. A mi me arrancó unos meneos de cadera. Retrigger x Reverse Tunes me lo salté; mi amigo Martino cumplía dos años y tenía que pasarme antes de que se fuese con Casimiro. Lo que vi me gustó, y sé donde encontrarles. No pierdo la ocasión para agradecer a Bruno Tozzini su curso de iniciación al Podcast: en breve recogeremos algún fruto del árbol radiofónico.


Muito Obrigado amigos

viernes, 1 de febrero de 2008

Manuel Delgado. Lo común y lo Colectivo

La cuestión del espacio público como espacio de diálogo desde la Modernidad, es la clave para entender las esperanzas, sospechas y nuevas mitologías construidas sobre los nuevos “lugares” sociales. La consabida funcionalidad consensualizadora que se le atribuye, la reunión de la discrepancia con el objetivo de lograr el reconocimiento de las partes del “mejor argumento” y la anulación consecuente de la confrontación en una armonía terrenal-celestial, no es nada alentadora. De eso parece que va este encuentro.

Tönnies está en los albores de la Sociología como ciencia, allá por la gloriosa etapa de la revolución industrial y el despegue del modelo capitalista-financiero, con las transformaciones en el ámbito de las relaciones humanas que promovía. El abandono del modelo comunitario propio de los pequeños núcleos de población, fundamentado en lo inmediato y en un sistema deontológico de origen religioso (re-ligare re-legere), que liga a un colectivo humano determinado a un cierto modelo de producción y a la normativa que asegura su supervivencia, va a dar paso al nacimiento de un nuevo sistema de distribución relacional, una nueva lógica del acuerdo y del desacuerdo, y a la necesidad de dar a luz a nuevos formatos de articulación de este nuevo contexto. Se habla entonces de sociedades como se habla ya de Estados en toda su amplitud, un sistema de distribución del poder que mana del nuevo contexto des-articulado, des-ligado, des-unificado.

Manuel nos invita a pensar de nuevo ese rechazo reaccionario de lo social y la funesta nostalgia de lo originario, de las primeras relaciones comunitarias, fundamentadas en lo inmediato sentimental contra la lógica legislativa de las sociedades modernas. Pre-modernismo en una cierta -ligera- interpretación de lo post-moderno. Mordaz crítica de los intentos contemporáneos por retroceder hacia posiciones radicalmente reaccionarias, partiendo de una cierta deconstrucción de los mitos subyacentes -a qué remite lo común: exégesis de la comunidad, operando como Heidegger nos enseñó-, desestabilizando la ataraxia reinante en determinados círculos mesiánico-alternativos. La crítica al supuesto consenso habermasiano, a saber, aquel que brota espontáneamente del “mejor argumento” -en tanto que reconocido por la comunidad de “seres racionales”-, desde ese nefasto “republicanismo kantiano” que a mí, personalmente, tantos recuerdos me evoca del pasado -y presente- colonial europeos -ciertamente: el gringo es un apéndice del tumor ilustrado (vaya con el palabro)-, me emociona tanto, que a poco tiro la toalla y me perdono por no decir algunas cosas que también deben ser dichas.

Vamos allá porque -no todo en el monte es orégano- siempre habrá un pero -y también un quizás...-, máxime en unos encuentros que se quieren multidisciplinares, conflictivos, heterogéneos, anti-dogmáticos. Se me ocurre plantear alguna otra posible lectura del acontecimiento post-moderno (si, ya sé que, por insistente, es un término hoy vacío/repleto/desbordante de sentido) para ver si acaso fuera posible un porvenir sin mesianismos, si no conviene apostar por lo indeci(di)ble que nos acecha en el horizonte tecnológico, aunque sólo fuera porque lo otro -lo ya visto, las líneas de análisis ya trazadas unaymilveces- no alienta sino al suicidio -esto es un golpe bajo. Es decir, cabe la posibilidad de entender “la comunidad” en un sentido alternativo -y no me estoy refiriendo ni a la cresta y las tachuelas, ni al mercado Fuencarral-. ¿No es acaso el modelo Blanchot un ejemplo de Comunidad (inconfesable) ajena a la paz espiritual del consenso habermasiano? ¿No es cierto que por todas partes están surgiendo micro-comunidades que se alimentan del disenso, de la discrepancia, que crecen a partir de sus diferencias, que no comparten sino un objetivo claro de resistencia? En definitiva, ¿podemos hablar de “multitudes”, o de “masa” -en sentido Baudrillard- en el espacio público por excelencia? ¿Puede hoy día ser pensado un espacio público en el que se encuentre la alteridad, confrontada a sí misma, y puede entenderse ese paso en camino hacia un modelo democrático de gestión de lo colectivo?

Entender que un modelo político no trasciende, no debe extenderse, a la gestión cotidiana es entender que la política la hacen los políticos. Nadie habla de violar la esfera del oikos, pero ¿no es la política aquello que concierne a la polis, aquello que se gestiona en el ágora -espacio público de la cuna de la política occidental? (y esto va por las alusiones a Arendt. ¿Qué es la Política?) Porque quizás -ya dije que siempre hay un quizás- si analizamos el fenómeno del nuevo ágora, como espacio de diálogo -dia-logos: “contraposición de ideas, discursos, argumentos”-: la red de redes, las comunidades digitales que viven, se expresan, se in-forman en Internet, podríamos ver ahí esa múltiple percepción, esa diversidad de visiones, de lecturas, de puntos de vista, que nos permiten pensar en la diferencia y que a la vez nos invitan continuamente (nos exigen incluso) a alojar en ese espacio público global nuestra propia percepción sobre el objeto-acontecimiento. Desde luego, lo común entendido así, como el espacio de interacción e intercambio significante, de encuentro de lo diferente, puerto de llegada de lo otro que invita a alterizarse (devenir imperceptible), nada tiene que ver, creo yo, con el idealismo alemán -objetivo, subjetivo y absoluto-, nada tiene que ver con la reducción absoluta a la idea, ahí sí, el error Habermas. El espacio público no como lugar de reducción de la diferencia al Logos universal, sino como lugar de destrucción de la identidad, lugar donde alguien tira una piedra contra el espejo en el que nos estamos mirando, y que luego señala al suelo incitando a una reconstrucción cubista de “ese maldito yo”. ¿Ciudadanía?, ¡No!, MULTITUD (T. Negri & M. Hardt)

En su intervención durante la presentación de ese magnífico esfuerzo llevado a cabo por el Observatorio Metropolitano de Madrid, materializado en Madrid. La suma de Todos?, Manuel Delgado lanzaba una idea fundamental: la clave está en las prácticas (de subjetivación), “¿cómo es posible que hayan pasado. Porque han pasado, ¿no?”. Cierto, los mecanismos de enunciación en manos de aquellos que detentan el poder político -vs la política-, en la era del capitalismo cognitivo se vuelven determinantes: la enunciación es el producto; la subjetivación es el efecto del sistema de producción post-industrial. ¿Cómo nos la han colado? Por la escuadra y con elegancia, porque no hay plaza pública, porque sólo existe el púlpito y el auditorio, porque no estamos confiando en la capacidad de las comunidades adyacentes para el agenciamiento (agencement) colectivo. Hacerlo no conduce al paraíso, pero no hacerlo nos lleva a Auschwitz, y amigos: después de Auschwitz, no hay metafísica. Dani

Texto-conferencia de Manuel Delgado. Lo Común y lo Colectivo